Hace millones de años las penumbras gobernaban el mundo, pero, ¿Cuál mundo? No había nada ni nadie, el espacio era infinito, el ruido inexistente. Las penumbras, criaturas incorpóreas y carentes de sentimientos, no querían a nadie intoxicando su mundo, su perfecto vacío.
Ter, una deidad brillante y compasiva, harto de la soledad y el poco apego hacia las penumbras, se separó en dos. De esta separación nació Tera, oscura, sombría y misteriosa, una deidad sin pasado y con un futuro más que incierto.
Ambos dioses se pusieron de acuerdo para desterrar a las Penumbras de su poder y cre